Escribe: Javier Andrés Díaz Morales (Alumno del Colegio Manuel Albertti ganador de "Contemos Goya Narrativa"







Sencillas palabras por el día de la Madre

MADRE, ¿Cuántos significados puede tener esta palabra? Miles, como especies hay en el mundo: compañera, protectora, amiga, modelo a imitar, criatura de Dios con excelentes dones, pacífica, hermosa, piadosa, fortaleza... y no me alcanzarían las palabras ni las hojas para describirlo todo.
Cuando somos pequeños nuestra madre es como un Dios para nosotros, a quien estamos aferrados y nos sentimos totalmente tranquilos y cómodos, porque sabemos que nada nos va a pasar, es nuestro escudo de la niñez, y que si algún conflicto ocurre no es nada más que producto de nuestros caprichos.
Al llegar a la adolescencia, este ser divino comienza a ser más cuestionado por su hijo quien cree ser una persona libre, ya grande, y es el momento donde aparecen los conflictos; las discusiones, las peleas, y demás. Pero el hijo sin darse cuenta está cometiendo el error más grande de querer ser más independiente y liberarse de las desiciones de su madre, ¿pero a quien engañamos? Tal vez a nosotros mismos, porque aunque no nos demos cuenta estamos sujetos a ella desde el momento en que comenzamos a ser vistos en la “pantallita” de la ecografía, y lo seguiremos estando, así tengamos uno, diez, veinte o treinta y dos años, prácticamente hasta que ella deja este mundo. Estemos casados o no, le decimos: “eh viejita me das una mano”, “¡¡hoy vengo a dormir a tu casa eh!! ¿Qué hay en la heladera? Y muchos más a los que ella sin ningún problema accede, sobre todo con el hijo varón quien, se puede decir, es el más malcriado.
Como adolescente, doy mi testimonio de que la etapa que se atraviesa es sumamente difícil, sobre todo por las rebeldías y el no querer tener límites. Y nuestra madre como nos quiere con todo su corazón busca lo mejor, y que a veces va en contra a lo que queremos. Pero a pesar de los problemas, sé que tarde o temprano nos damos cuenta, y lo importante es saber decir: “mamá perdoname”. Y quitarle toda esa tristeza que quedo de aquella discusión.
Con esto les quiero decir a las madres que no importa lo crueles que puedan ser con sus hijos, más bien elijan un buen camino para ellos, quienes tarde o temprano van a estar muy orgullosos de lo enseñado, y sé que lo van a agradecer. Serán personas de bien, y el reflejo de ustedes.


¡¡¡FELIZ DIA DE LA MADRE!!!